Escrito por María Alemany. Publicado original en CatalunyaPress
Las personas mayores han tomado mucho protagonismo durante la cuarentena, ya que el coronavirus ha afectado especialmente a este sector de la sociedad, que además del miedo a la enfermedad, ha sufrido una gran soledad. Durante los meses más duros de la pandemia el impacto emocional que sufrieron los ancianos fue devastador. La soledad que provoca el aislamiento, el hecho de no poder ver a los familiares, la incertidumbre y el miedo pasaron a ser el día a día de unas personas que ya de por sí suelen estar olvidadas.
En ese contexto, el trabajo de las organizaciones que se dedican a acompañar a las personas mayores se frenó en seco y ahora, a pesar de que ya ha pasado el confinamiento, sigue siendo una labor muy complicada, ya que en general las residencias todavía tienen normas muy estrictas de visitas.
Desde Coravis, una organización sin ánimo de lucro catalana que se dedica a acompañar y a despertar emociones en las personas mayores, explican cómo han tenido que reinventarse para poder seguir acompañando a los ancianos. «Hemos tenido que transformar todo lo que hacíamos, ya que no puede existir una presencialidad y todas nuestras actividades eran presenciales. Como además parece que esto va a ir para largo, nos hemos planteado diferentes opciones. Sabemos que no vamos a poder hacer el acompañamiento semanal con las personas que tienen deterioro cognitivo, porque con este tipo de personas es necesario estar cerca, pero hemos intentado transformar las otras actividades«, asegura la fundadora de la organización, Cristina Planas, que explica que ahora están tratando de hacer sesiones de música vía telemática en directo con las residencias con las que suelen trabajar. «Creemos que es mucho más bonito poder hacerlo en directo, pero de momento está siendo complicado«.
La fundadora de Coravis -organización que tiene como objetivo despertar emociones que generen bienestar en las personas mayores que viven en residencias-, explica que, inesperadamente, le ha sorprendido mucho la buena recuperación de los ancianos con quienes han hablado por videoconferencia. «Aunque solo hemos podido hablar con personas mayores de dos residencias, sorprende un poco el hecho de que es como si hubieran olvidado lo que ha pasado. Parece que las personas nos acostumbramos a las situaciones con mucha facilidad y ahora que en estos dos centros la cosa está un poco mejor, ya no tienen tan presente en su día a día lo que ha pasado».
Aun así, Planas asegura que, si bien ahora están mejor, al tratar el tema del coronavirus y la cuarentena en profundidad en una sesión telemática salieron emociones como la tristeza, la rabia, la soledad, incluso la discriminación. «Esto me sorprendió porque la persona que lo dijo creía que había discriminación porque no les dejaban decidir. En España la tendencia ha sido de obligar más que de proponer, y las personas mayores han estado recluidas en sus habitaciones durante meses y siguen en sus residencias sin poder salir a la calle».
Es por eso que desde la oenegé Amigos de los Mayores reclaman que, para evitar la soledad de los ancianos «se escuchen y se implementen de manera urgente las medidas recomendadas por entidades, plataformas y consejos de personas mayores durante la pandemia«. Desde la entidad, creen que es necesario «situar la soledad y el aislamiento como un elemento central de las políticas sociales» con el objetivo de que la sociedad pueda detectar situaciones de aislamiento y actuar al respecto. Así, en su página web explican que hay que establecer medidas de acompañamiento de la gente mayor para poder tejer relaciones comunitarias.